Con las agujas rectas aprendí a tejer, como otras muchas tejedoras supongo. La agujas rectas son las más recomendables para empezar a tejer, porque se coloca la aguja derecha bajo el brazo y tienes la mano libre para ayudarte. También si vas a hacer una labor plana (como una bufanda, por ejemplo) porque te permite ir viendo cómo va avanzando tu labor.
Debes saber que cualquier prenda que hagas con agujas rectas tendrá costuras. Será con las agujas circulares (o de doble punta)con las que puedas tejer prendas sin costuras
Aunque puedes encontrar agujas de 25 a 60 cm de largo, la longitud habitual (y la más cómoda para colocarlas bajo el brazo) de unas agujas rectas es de unos 40 cm. Si aprietas la labor dentro de la aguja, puedes llegar a los 50 o 60 cm de ancho de tejido, así que si quieres hacer una manta, sólo puedes hacerla en piezas más pequeñas que deberás coser luego. Personalmente no me gusta cuando me quedan costuras tirantes que pueden deformar el resultado. Además, si calcetas mucho tiempo seguido con ellas, la espalda puede resentirse.
Aún así, yo os las recomiendo si vais a aprender a tejer. Creo que son las mejores para ayudaros a familiarizaros con la técnica.
Materiales usuales para agujas rectas
Respecto a los materiales con que están hechas las agujas rectas, todo un mundo (o un universo). Pueden ser de madera, aluminio, plástico…
Para todos los materiales, los diámetros de las agujas rectas para tejer en Europa abarcan desde 1’25 mm a la más gruesa de 15 mm de diámetro.
Madera.
Pueden ser de abedul, haya, palisandro… Ahora abundan las de bambú, son ligeras, flexibles y resistentes. Además las puedes llevar en el avión (si ya te has enganchado y no quieres dejar una labor a medias en casa). La madera ralentiza la velocidad de tejido con agujas rectas lo que puede ayudar cuando estás aprendiendo o te enfrentas a una labor complicada, pero ya sabes, es cuestión de gustos. Otra ventaja es que son las más respetuosas con el medio ambiente.
Metal
Cuando domines la técnica y quieras ir más rápido, las agujas de metal serán tus mejores amigas. La lana volará de una aguja a otra. Más rígidas que las de bambú, ligeras y con la punta un poco más fina que te permite meter más fácilmente la aguja entre los puntos.
Plástico
Son quizá las más económicas. En contrapartida se deterioran antes. Tanto estas como las de madera hacen menos ruido al trabajar con ellas. Suelen ser las mejores si tu proyecto es con una lana muy gruesa.