por Si tengo que elegir entre agujas rectas o circulares, para mi la respuesta es inmediata. ¡Circulares!
Yo aprendí a tejer con agujas rectas, al estilo tradicional, según me enseñó mi abuela con la aguja izquierda debajo del brazo. Los dolores de espalda, lo mal que me quedaban las costuras, y que al no calcetar muy seguido, la tensión en mi calceta variaba y hacía que mis prendas quedasen para guardar en el armario y no sacarlas nunca. Tanta decepción me hizo dejarlas a un lado y dedicarme al ganchillo e incluso al punto de cruz.
Hasta que conocí las agujas circulares.
Me resulta más sencillo llevarlas a todas partes. Si, me encanta tejer y aprovecho cualquier momento y lugar para hacerlo y sin pudor. Las agujas circulares son pequeñas, el cable puede enrollarse, no abultan y es menos probable que se te escapen puntos.
El peso de la labor se reparte por el cable y lo sostienes sobre tus piernas con las manos. Además como tejo al estilo continental (que me recuerda al ganchillo) trabajo más rápido.
Lo mejor de todo es que puedo hacer un jersey sin una sola costura y si quiero hacerlo por piezas puedo tejer a la vez delantero y espalda y luego las dos mangas, con lo que me encajan las medidas para después coser las piezas.
Cuando tengo más de un proyecto empezado, cosa que me pasa a menudo porque veo algo que me apetece hacer y no puedo esperar a acabar el anterior proyecto, puedo dejar en espera el tejido en el cable de las agujas intercambiables.
Con ellas he aprendido a tejer con facilidad desde jerseys hasta calcetines, pasando por mantas o vestidos. ¡Hasta me tejí mi vestido de novia!
Por todas estas razones soy una fanática de las agujas circulares. Es una elección muy personal y si he de hacer alguna recomendación es, aprende a tejer con las agujas rectas, pero en cuanto te sientas segura, pásate a las circulares, no te defraudarán.
